Ha terminado el día. Ya has recogido, has preparado la merienda, pero entonces ocurre. Se quita los zapatos, empieza a llorar y su hijo, que antes era un charlatán, se revuelca en el suelo del salón. ¿Le resulta familiar? No es el único.
Las rabietas extraescolares son increíblemente frecuentes, sobre todo en los niños más pequeños o en los que presentan diferencias de desarrollo. Como terapeutas pediátricos, a menudo oímos a los padres decir: "Han estado bien todo el día en el colegio, ¿por qué se vienen abajo ahora?". ¿La respuesta? Su hijo por fin está en casa, y en casa está seguro.
Desde la perspectiva de la terapia pediátrica, lo que usted está viendo es algo llamado colapso de contención extraescolar. Durante todo el día, su hijo se esfuerza por controlar las normas sociales, seguir instrucciones, manejar los estímulos sensoriales y mantener sus emociones bajo control. Cuando suena el último timbre, ya no le queda nada. En cuanto cruzan la puerta, empieza la liberación.
Los niños (especialmente los neurodiversos) pueden no tener el lenguaje o las herramientas para expresar que están abrumados, cansados, hambrientos o sobreestimulados, así que sus cuerpos hablan.
Las rabietas después del colegio pueden formar parte del desarrollo típico, sobre todo en la primera infancia. Muchos niños empiezan a superar estos episodios a medida que desarrollan mejores habilidades de comunicación, regulación emocional y autoconciencia, normalmente entre los 7 y los 9 años. Sin embargo, cada niño es diferente y algunos pueden necesitar más tiempo o apoyo. También hay señales que indican que ha llegado el momento de buscar apoyo adicional de un terapeuta pediátrico.
Normales:
Puede necesitar apoyo:
En All Care Therapies, trabajamos con las familias para evaluar y apoyar la regulación emocional, la comunicación y las necesidades sensoriales que pueden estar impulsando estos comportamientos.
No se pueden prevenir todas las rabietas, pero pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia. Las rabietas extraescolares suelen ser una señal de que su hijo necesita un momento para restablecerse y regularse. Anticiparse a esta transición diaria -y planificarla- puede aliviar la presión tanto sobre usted como sobre su hijo. Estas estrategias no tienen por qué ser perfectas; basta con que sean coherentes.
Cuando se produce una rabieta, tu presencia tranquila es la herramienta más poderosa. Los niños sintonizan profundamente con la energía emocional que les rodea. Si te mantienes con los pies en la tierra, les transmites el mensaje de que están a salvo, aunque su mundo les resulte abrumador. Tu respuesta firme no sólo les ayuda a calmarse en el momento, sino que también les enseña a regular sus emociones a largo plazo mediante la corregulación.
Las rabietas extraescolares son una respuesta natural a un largo día de contención emocional, sobrecarga sensorial y desafíos sociales. Son más frecuentes en los niños pequeños y tienden a disminuir a medida que crecen y mejoran su regulación emocional, normalmente entre los 7 y los 9 años. Las rabietas normales duran poco y ocurren en espacios seguros como el hogar, pero las crisis persistentes e intensas en varios entornos pueden indicar la necesidad de apoyo profesional. Algunas estrategias sencillas, como ofrecer un tentempié, crear momentos de tranquilidad y mantener la calma durante una crisis, pueden ser de gran ayuda. La terapia pediátrica puede ayudar a los niños -y a sus familias- a comprender estos comportamientos y a desarrollar habilidades de afrontamiento duraderas.
All Care Therapies ofrece servicios de terapia pediátrica flexibles y bilingües en California, Texas y Nevada, tanto en persona como a través de telesalud. Estamos aquí para apoyar el crecimiento de su hijo con la atención que se adapte a su vida.